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En esta propuesta de tocador para baño, el diseño trasciende lo meramente funcional para adentrarse en una dimensión arquitectónica donde materialidad, proporción y lenguaje natural convergen en una pieza de contemplación doméstica.
El vanity se concibe como un volumen suspendido que aporta ligereza visual, al tiempo que favorece la limpieza y la circulación del espacio, estableciendo una lectura contemporánea del mobiliario sanitario.
La proporción entre las secciones abiertas y cerradas del mueble está cuidadosamente calculada. Los nichos laterales brindan almacenamiento accesible para objetos de uso frecuente, mientras que las puertas de sistema oculto refuerzan la continuidad visual del frente. Las líneas limpias, la ausencia de herrajes visibles y la composición en franjas horizontales enfatizan el carácter racional del diseño, sin renunciar a su calidez.
Este vanity no es simplemente un mueble de baño. Es una pieza que articula los principios del diseño contemporáneo: sostenibilidad, estética funcional y experiencia del usuario. Una expresión contenida de lujo natural, donde la arquitectura se manifiesta en los pequeños rituales de la vida cotidiana.
El cuerpo principal está construido en melamina con acabado natural, cuyas vetas suaves y cálidas evocan la estética del diseño escandinavo y la serenidad de los interiores japoneses. Este recurso aporta un carácter táctil y emocional al ambiente, en claro contraste con las superficies blancas de las cubetas sobreencimadas, de líneas suaves y geometría amable. El conjunto establece así un diálogo de opuestos perfectamente balanceado: lo cálido frente a lo pulcro, lo natural frente a lo técnico.